lunes, 29 de diciembre de 2008

asco

por momentos creo que fluctúo mis únicas vértebras
y termino sacándomelas
con la asquerosa intención de
masticarlas y vomitarlas


todo lo hago para llamar tu atención de todas formas





didn't you notice?

lunes, 10 de noviembre de 2008

Thanatos


~ llegará pronto la perra a la fiesta



sumerge tu cabeza
en la líquida ira
tan palpable
más que el tiempo
que viola tus recuerdos
que tus puños se hagan
más duros.

que partan vibrando
tus dedos
que estén lacios antes
de tanta excitación
que el jalar del pelo
se haga lentamente un rizo
como tu lengua retorcida.

el pie de la hermosa bailarina
junto al de la reina, estallan
como una carcajada
tan macabra que
sólo nos queda pedir perdones.

suponiendo que era tan bello
como lo soy yo
mi día acaba
victimizándote
como a la lujuria
del paradigma
al golpe del familiar.


el golpe de la fiesta.

domingo, 21 de septiembre de 2008

definitiva


se ha vuelto definitiva
tu palabra
que azota mi cara
quemada
con las velas
que fueron encendidas
sin autorización

recapacito en contra tuya
y me despierto del
letargo
en que mantenías
aquellas flores
que tanto cuidas

las flores del mal

miércoles, 17 de septiembre de 2008

Adelaida II

Una piel pulida se asomaba por la calle Mortario. La brisa nocturna hacía ver a Adelaida más bella aún. Sus collares de perlas estaban trizados y su mirada exaltada convertía cada uno de sus alocados pasos en ventiscas rudas casi como abanicos gigantes. El temblor de sus zapatos de cuero ornamentado con hebillas de plata era inconsciente, y aunque dada la oscuridad que la rodeaba era casi imposible distinguirla, la sola espera de la novia amarrada hacía que todos voltearan a mirarla y se asombraran gracias a su extravagante atuendo. Al divisar Adelaida a Emilia la entrevista con un caluroso abrazo, acariciándola en ambas mejillas, luego en las manos y terminando con un apasionado besar , sediento en noches de sequía carmesí. Adelaida pregunta sobre todo el tiempo en que no se han concertado a Emilia, interrogándola de una manera casi invasiva, a la que la bella pelirroja responde con una caricia en el hombro de Adelaida invitándola a entrar al lujoso apartamento. Las bocinas de los autos rechinaban y los faroles que Adelaida había atenuado con su belleza volvían a destellar el radiante perfume de la ciudad francesa. Emilia hacía su acostumbrado pedido al servicio de hotel, un licor de manzanilla y copas para ambas. Mantuvo a Adelaida bebiendo por horas, reían a cada instante al recordar los momentos en que estaban juntas. Sin embargo el frío no dejaba de penetrar los curvilíneos cuerpos de las amigas que se observaban frente a frente. Se vieron obligadas a entrar y dejar la dulce brisa de la terraza. Emilia le hace una invitación a Adelaida, ofreciéndole dormir juntas. Como en los viejos tiempos, le dice. Ya en el lecho Adelaida se encontraba acariciando los brazos de Emilia, que se hallaba entre las piernas de su compañera abrazada de su cintura, envuelta en escarcha y sudor. Las sábanas de la habitación bañaban a Emilia, casi sin tocarla, y mezclando su piel con la suavidad de las rojas velas del cuarto. Adelaida comienza a besar a Emilia, se trataba del beso más candente y a la vez el más abrasador. Los labios se tocaban sin cesar, se hacían uno solo, parecía que se mutilaran cada vez que se juntaban, y terminaban en una muerte súbita entre ambas amigas que comenzaban a reír luego de besarse un largo rato. Tenían los labios rojos. La mano de Emilia alcanza el cabello de Adelaida, y con un sensual movimiento acerca, desde la punta de los rizos, pasando por el cuello y subiendo nuevamente, el rostro de su bella luciérnaga que comenzaba a llorar. Emilia intenta consolar las lágrimas de Adelaida. Cuando la primera gota de rocío se hizo presente cayendo sobre cada arbusto de la cuadra. Emilia y Adelaida ya estaban durmiendo, desnudas y abrazadas. Las velas de la habitación se habían apagado, dejando tras ellas una estela de color carmesí en toda la habitación. Las lágrimas de Adelaida ya estaban secas. La inmensa incertidumbre de Emilia con respecto al estado anímico de Adelaida hacía que las tensiones se hicieran presentes entre ambas. Adelaida yacía dormida y Emilia consolaba sus efímeros suspiros.

Adelaida

Adelaida estaba sola aquella noche. Su bello rostro, tan pálido como la luna. Luna que la hacía parecer una inquietante estatua o una blanca amapola en medio de tantos edificios y calles. Su mirada expectante se hacía retardar, cada sombra que maullaba alrededor parecía insignificante, tanto que los gritos provenientes de la cabina del teléfono a su lado, no le llamaban la atención. Sus tacones parecían dos altas agujas en unas plataformas negro lustroso y sus medias de seda escondían sus largas y finas piernas frente a la acechadora lluvia que se avecinaba. Mirando al extinguido horizonte se percató de un pequeño felino, astuta e inerte silueta. El gato parecía tener una semana de vida, y a pesar de estar a más de diez metros de Adelaida, esta sintió un placer culpable al verlo tan indefenso. Una iluminación la estremeció, recordaba tan bien ese momento. Su pequeña minina, su pequeña muñequita de trapo. Era tan grande el sentimiento arrancado de sus entrañas de bohemia locura, que en un tiempo estaba abrazando al pequeño animal. Lo acariciaba como si este fuese a morir por su culpa, lo tocaba, lo lamía incluso, le rascó la cabeza, le enredó la cola en sus dedos, y luego, de su minúsculo bolso sacó un revólver, un revólver blanco y resplandeciente. El gato maulló, y Adelaida le apretó el cráneo, tapó el semblante del felino y le quebró una de las patas en su intento de calmar la desesperación vibrante del culpable de tal arrebato. Lanzó al gato a un montón de basura al lado del farol que daba a su departamento, y las luces de la avenida fueron poco a poco haciéndose más intensas. No pudiendo controlarse, Adelaida tomó el revólver y se encañonó, caminó hacia la cabina telefónica y divisó un charco de lodo seguido por unos zapatos de cuero y un sombrero. Se sentó en el suelo, aún con el arma en su sien, y comenzó a pronunciar unas indescriptibles palabras en latín. Su lengua se enredó en la última declaración de odio hacia su persona. Se incriminó de tantas fechorías, se rasgó la blusa de seda, dejado ver su brasier y terminó por hacer el vitral de la cabina añicos con el revólver. Lanzó la pistola lejos, donde estaba el gato. Su llanto era incontenible. Ella estaba asustada. Su cuerpo estaba bañado en mierda de paloma y el sombrero que yacía dentro con ella, se manchó a su vez. Ella lo puso sobre su cabello que a la vez se hacía más y más enmarañado. Sus ojeras se pronunciaban haciendo notar su preocupación inaccesible. Sin pausas, la lluvia comenzó a manar, manaba de sus ojos, la hacía sonrojar y al salir de la casilla tambaleó contra el farol. Se afirmó de él. Se decía a si misma cuan bien recordaba todos esos momentos de gratitud, esa fiel compañía terminada con lluvias agrias, con cuentos sin terminar. Subió las escaleras y cruzó su puerta, tapada en cadenas y cerrojos finos. En el living se divisaban los cadáveres de tres niños y un perro, estaban boca abajo y tomados de la manos. Los niños parecían haber muerto con la lluvia de la noche anterior.

miércoles, 20 de agosto de 2008

aborto

el día antes de tiempo
el cielo cae sobre nosotros

los árboles están tejiendo
rejas con sus ramas desnutridas
nos quitan la hermosa vista
mientras te vuelves líquido

verás el cielo azul
y la menstruación
se volverá embarazo

abortar las caminatas
en las tardes familiares

me cansan

el día antes de tiempo
ni siquiera te das cuenta

un bautismo tan negro
como las ropas vertiginosas
del próximo nacimiento

ya son diecisiete abortos
ni siquiera te das cuenta

sábado, 14 de junio de 2008

sauce

cagadas de hambre
encuentro tus agonizantes
y no menos delirantes
manos disléxicas

fragantes manos

aplaudiendo el espectáculo
adorando mi rosas
cortándolas de a una

el deseo vacío de contener aquel líquido
hacerlo tan mío como lo eres tú a veces
besar tantas ramas como sauces
lamer esos tallos que tanto dices

me gustan

domingo, 8 de junio de 2008

evidente

se hace evidente lo que me está pasando
luego de aquel encuentro, en el que mientras
te acercabas peligrosamente con tu paquete a mi mano,
preguntaste "tienes miedo" y yo te dije alejando
(tontamente) esa extensión de mi brazo
"si, me da miedo irme a dormir".

sábado, 7 de junio de 2008

terrón

tú ordenas
yo te prometo felicidad
tú me dejas contento cada noche
yo te beso en la boca


yo te pateo
tú lloras
yo te lanzo contra la cama
y tú me besas en la boca


/me haces pensar que no deseas más que
un terroncito de azúcar, de esos bien comunes.

viernes, 23 de mayo de 2008

el gato

el gato
está jugando conmigo
pide que lo toque
que lo muerda
que lo toque de nuevo
lo toco
más de una vez
más de quinientas veces
aún así
no lo tengo
el maldito
se esconde
tras su puto pelaje
similar al trote militar

el gato
engendrado del invierno
se exprime los pulmones
por el humo tóxico
que le lanzo
que inhala
a través
del mis rosados
labios

el gato
pregunta siempre
acerca de mis
orgasmos


miércoles, 21 de mayo de 2008

JSGC

es tu atención la que me
aterra
cada vez más
y me caga

como tú me cagas
y me maravilla
como ningún otro.

-me como las encías-

me tocas las llagas
como frases célebres
y me miras los dedos
intentando besarlos
hasta consumirlos
y obviamente.

vomitarlos.

martes, 6 de mayo de 2008

bebés japoneses

Y cuando el hijo le pida algo
ella le negará con las lagrimas
hasta una miga de pan
porque no quiere comer menos
ni tener que trabajar
quería un bebé sano
quería una estrella japonesa

se ve a si misma cansada de los golpes en su guata

El niño le pedía cariño o quizás
un árbol donde crecer
le decía al oído a su madre:
madre, yo nunca te haré daño,
pero dame un pequeño árbol,
viviré allí para que no me veas

y la madre le regaló una semilla

lunes, 5 de mayo de 2008

Ataraxia

Ataraxia de manos muertas y oscuras, la piel está húmeda por las lágrimas familiares del pariente hosco. se culmina la escritura de los dedos crespos
se alisan los dedos y se bañan en piscinas para disimular su mentira
y se hacen cremalleras en los pantalones de varones que quieren tener sexo con sus pares
tienen sexo a escondidas y se las comen todas
se comen sus manos, se comen las bocas
para no contarle al amigo que es un reprimido de mierda


r o s t r o s d e n e n a

domingo, 4 de mayo de 2008

orgasmos explícitos

Saborear el placer
de la boca abierta
girando entorno al pájaro
tuerto
o al jazmín
y sujetar la lengua
que palpita mientras vomita
sangre negra

el dolor del aplauso
de cifras incontables
número siniestramente agrio
aguas tan pálidas como muertos
mármoles tan pulidos
que sólo telarañas recordarían

matar a la sombra inconsciente
y hacerla gritar en su agonía
consumirla en platos amplios
y cortarla hasta que se extinga

las musas del sonido
se llevan las flores
del otoño más triste
y las pisan moliendo sus huesos
triturados y frágiles

el contador inútil
de consonantes
con brazos y piernas
piernas y brazos estériles
que olvidaron que saben hablar

jueves, 1 de mayo de 2008

cadáver

busco por cada rincón del mundo
infierno
a estos niños quemados en sepulturas
vírgenes
clamo por estas mujeres que gritan en sus
ventanas oscuras


Cada sombra es el nuevo
cadáver
cadáver que
palpita
cadáver que
se retuerce
en el averno
y no alcanza el perdón


los cadáveres
son madera tallada
extinguida por la mano de
obra moderna
son monasterio corrompido
por desdichado crimen


la virgen no reza por ellos
porque se ocupa de lavar pañales
pañales sucios con pecados podridos
en este río no hay cadáveres


la prostituta canta por las calles
en primavera
el cadáver oculta el rosario de azucenas
y lo guarda con rencor
y no lo suelta
y lo aprieta con las
manos secas
de tanta lujuria


rezar por las aves muertas
por el enigma de las aves que
lloran los nombres
de su gente

busco las aves aún
la virgen
busca las aves
Busca los cadáveres

des Roses